Graffiti/Arte/Cultura urbana/Muralismo.
Ahí en Finca Riveroll empezamos a cotorrear y caminamos un rato por el andador Alcalde mientras platicábamos de Cultura urbana, muralismo y Graffiti. Los lenguajes y la inexperiencia.
Me gustó mucho la historia sobre la pieza frente al MUSA que taparon con unas ‘bombas’ y el autor le regresó la provocación cubriéndolas, tachándolas y poniendo su tag por encima. Le pregunté sobre el pichação, la protesta brasileira que me remonta a esa queja silente, esa porque cada vez hay menos nubes y más edificios vacíos, y sin embargo, también más gente viviendo en la fría acera.
No pude no platicar con ella sobre la colaboración que llevó a cabo en el parque Rojo (Revolución) luego de que se le diera el espacio a un hombre de representar (acaso incorrectamente: protestar) los feminicidios en México y Jalisco particularmente.
PROTESTA dentro de la… ¿PROTESTA?
¿Tiene acaso derecho de hacer su interpretación, su protesta un hombre, con concesión gubernamental, aunque sea fuertemente criticable?
A mi parecer sí, pero la calle es de los peatones. Derecho tenemos todos de críticar, tapar, tachar, tildar y reflexionar.
Tenemos que atenernos a nuestras consecuencias, la consecuencia de protestar sobre algo que no te afecta directamente y no puedes entender por piel propia, la consecuencia de ser elegido (o conseguir) un espacio para retratar algo que bien lo pudo haber hecho una víctima de acoso, en una ciudad con tanta artista.
LA NOSÉ.
Ella empezó su proyecto de muralista hace dos años al acercarse al proyecto de los artistas que ganaron el concurso de los pilares debajo de la línea tres. Su historia como artista urbana en la próxima entrevista, como sea, me invitó a un evento organizado por @ZINESPORAS de taller, exposición y venta de fanzines, así como mucho producto artístico.
En esta construcción del centro (evidentemente en algún momento de su existencia fue una casa) platiqué con Demian Espinoza (@desmo.guionista) un escritor que a través de la colaboración con artistas emergentes vino desde Buenos Aires, Argentina por el CAZ (Casa de Autor Zapopan) a trabajar en la narrativa. Lleva algo así como 10 piezas en total, interesantísimas. Platicamos la posibilidad de vernos en la FIL donde buscará darle difusión a sus novelas cortas gráficas auto-conclusivas.
Compré unos stickers, un poster, un auto-retrato en la cabina y alcancé a capturar algunos de los proyectos que confluyeron en una casa cultural/ restaurante vegano, sitio sin duda contracultural, resistente, artístico hasta por los codos.